El dióxido de cloro posee grandes propiedades como un desinfectante. Es considerablemente más efectivo que el cloro y no produce ninguna amenaza por productos en el proceso de desinfección. Debido a su volatilidad, el dióxido de cloro debe ser producido al lado del consumidor. Esto es asegurado por medio de los sistemas Lutz-Jesco que cuentan con una alta confiabilidad y precisión. Dependiendo de la capacidad del sistema y el grado de desinfección necesaria, los sistemas pueden utilizar soluciones diluidas o concentradas.